Seguidores

miércoles, 1 de febrero de 2012

Es absurdo ver como intentas olvidarle, borrando todo aquello que te recuerda a él, sus fotos, sus cartas, su "yo más y punto final", y lo estúpido que resulta el intento. Has tratado de sacarle de tu mente, pero siempre se te olvida eso de que: "es inútil sacarse de la mente lo que no sale del corazón." Que puede que no te des cuenta pero llevas grabada su inicial en cada poro de tu piel, estás impregnada de él, por mucho que me digas que no, chicas tú estás enamorada.



sábado, 21 de enero de 2012

Soy la pesadilla que te muerde la boca.

El canalla, el malo, el que se sube a la moto mientras enciende un pitillo, el que no rinde cuentas a nadie salvo a mí mismo, soy la promesa eterna de la libertad. Soy el que, a mi lado, cada día será diferente al anterior. Soy la inestabilidad, la tormenta, el caos. Soy el “hoy te quiero menos que ayer y mañana no sabré quién eres”. Soy la sonrisa hipnótica del rebelde sin causa, el deseo que viaja en tranvía, el capitán Jack Sparrow, el mañana que nunca muere. Soy , en definitiva, la atracción que ejerce lo prohibido, lo que no nos conviene, lo que nos va a hacer sufrir.

Porque, en el fondo, esa atracción se basa en la remota y utópica posibilidad de poder domar a la fiera, de ser tú la que ha conseguido meter en el redil al que nunca quiso ser boy-scout. Es decir, la atracción de ser la que ha conseguido que la sonrisa de un canalla deje de lucir o, mejor dicho, que sólo lo haga para ti. Pero, querida, si hiciéran eso, serían como los demás, como los que convienen, como los que no te harán sufrir. Y entonces, ya no tendrían ningún tipo de morbo. Por eso seguimos sonriendo.


domingo, 15 de enero de 2012

Entre tus piernas enloquecí.

Que hay momentos que no se repiten;
eso no puedo negártelo,
que a miradas y sonrisas no hay quien me gane;
y el movimiento de tus caderas caminando hacia el baño
es mayor espectáculo que cualquier morboso accidente de tráfico.
Que entre los desconchones del techo me pierdo
para poder escaparme de esta prisión sin barrotes,
pues no hay más misterio ni miedo mas atroz
que lo que ocurrirá en el futuro.
Entonces que mas da que en este teatro
seas tú la puta y yo el cabrón,
si por las mañanas me despierto como siempre;
desnudo, solo y sin tabaco.


Añoro el sabor de tu piel.


Te echo de menos, tanto como despertarme con ese olor a ti en mis sábanas, caminar atontado por el pasillo y encontrarte a ti y a tu maravillosa sonrisa esperandome. Echo de menos el calor de tus labios y el tacto de tus manos sobre mi, pero las princesas como tú no son para sapos comoo yo.